cuando pedaleás no hay vidrios ni espejito
ni sonido envolvente
hay viento
olor de primavera
destreza humana
sensación de libertad
detalles urbanos que se dejan ver
por ojos
ávidos
II
había llovido y parado
bajaba en bici por colón
a la altura de la piojera sobre mano derecha
mediante transeúntes apuros y letreros
dos niños jugaban a esconderse encontrarse entre columnas...
el sonido alegre de esa imagen
me llenó los ojos
el corazón
y a escasos metros
cuando ya arrastraba la mirada que quería quedarse
trayéndola de vuelta
trayéndola de vuelta
divisé al lado y abajo de un contenedor de basura
casi imperceptible
una flota completa de diminutos barquitos de papel celeste
meciendosé
en el rastro encharcado
de una pequeña
tormenta
pasajera
III
pedaleaba desde el barrio hacia el centro
en la cañada
sobre una de sus veredas en proceso de arreglo
-antes de llegar a santa rosa-
ensimismada
inocente
una niña
jugaba con un baldecito sabor a playa
a hacer castillitos de arena
con escombros
IV
me siento clara
para despedirme
una niña de tercer grado
me besó en la frente
C.
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