jueves, 30 de abril de 2020

Diario de un día entre tantos en cuarentena


                                                                                                  Miércoles 22 de abril de 2020

Es de noche e hicimos taller por zoom, ahora es así, no nos dejan encontrarnos para frenar el contagio, pero lo único que hacemos es encontrarnos y volvernos a encontrar de maneras creativas, con nosotres, con otres, a ver cómo estamos, qué podemos hacer… trueques por rappi o por medio de amigues, pomelos en un taxi a la familia, regalitos frutales a domicilio a lxs vecinos en horas de salir a la despensa.
Consolar(nos) por teléfono, sentarse imaginariamente con la hermana a tomar mate en su patio al sol, conversar con el mar por las mañanas.
¿Qué está pasando? No tengo la menor idea.
Salgo a la calle con barbijo.
Veo a mi sobrino por teleconferencia, está por cumplir 9 meses y ya aprendió a hacer “no tá” “acá táaaa”.
En casa cocinamos más y más rico y buscamos compartir momentos, hacer tareas comunes, prestarnos atención.
Banjo aprendió truquitos y se siente acompañado, eligió su propio lugar para dormir, el estudio. Casi todos los días me extiendo con él al sol y dejamos que la tierra nos sostenga. La Huay hace lo mismo con sus gatas, dice que está aprendiendo a no ser “productiva”, a reposar como ellas, cómodamente.
La Mé dibuja, ensayamos por video llamada, nos llegan las voces a destiempo, la música a destiempo, pero el amor al unísono.
Trabajo menos y cobro menos, aunque estoy dando más (es un funcionamiento mágico o práctico: consumo menos, me sobra lo que tengo y comparto con algunes que lo necesitan).
Conocí a mi vecino Juan, o sea, ya lo conocía, pero nos presentamos, es el que hace pan casero y siempre nos cayó muy bien. Juan como mi abuelo.
Hoy transplanté una papaya y un tomate. Veremos si sobreviven. Como nosotres.
Mientras tanto estamos, metemos las manos en la tierra, celebramos el atardecer.
Espero que pase para bien, que mueva en mí el amor, que brille algo.
Camila de antes y después (si leen y si no) Gracias por acompañarme ahora.

C.

viernes, 24 de abril de 2020

Jugarretas V

La anécdota me llegó por mi papá que es un hablador apasionado, sabedor y practicante de todos los recursos literarios y locutivos para mantener, históricamente, la atención de sus oyentes.
Creo que el escenario era una procesión de la virgen en Arroyito. Yo no me acuerdo, pero si así fuera un poco me asusta en el decoro (con el que no vine ni me iré del mundo) porque cuando nos mudamos a Arroyito yo ya tenía 6. Mejor hubiera sido en Cruz del Eje y que yo tuviera 3 ó 4 años y bueno.
La historia es que yo caminaba muy lento y las procesiones de los pueblos (que es como llamamos a las ciudades pequeñas cuando nos vamos a vivir a la capital) son eventos multitudinarios.
En esos casos aunque los pueblos son espacios "más tranquilos" donde todes medianamente se conocen o conocen a alguien que conocemos o nos conoce, aún así un padre, una madre, une tutorx puede preocuparse por no perder a sus hijes, todavía más si son pequeñes.
Y repito que yo caminaba lento y a lo mejor me perdía entre la gente, o estaba todo el tiempo por perderme entre la gente y quizá mi papá o mi mamá se preocupaban, un poco atentxs a la procesión y a la virgen que era la idea de asistir, digamos. Entonces me arengarían que me apure, tal vez incluso me retaran con alguna delicadeza pública para que avance.
Y puede que yo fuera papando moscas (porque era un poco mi costumbre y alguna me comí en la infancia de la que tengo recuerdo) o que me diera vergüenza y por eso no decía nada.
Y a lo mejor con bastante impaciencia ya, después de darse vuelta varias veces a llamarme mi papá me ve. O sea me entiende. O sea se da cuenta de lo que me pasa, de que yo me he puesto una de esas bombachas que compartíamos con mis hermanas y que de tanto que las usábamos tenían el elástico de la cintura estirado. Y entonces yo caminaba lento, dice mi papá, quizá me perdía entre la multitud, en medio de la procesión, con mi ropita de salir (pollera corta o vestidito) y la bombacha suelta entre las rodillas o los talones, tratando de no perderla.

C.

miércoles, 22 de abril de 2020

Ofrecimeinto de piedra

soy piedra
estoy
habitando el mundo
expresando en la tierra la solidez
sosteniendo peso
muto
me muevo con el viento con el agua
con los seres multiformes que me rozan llevan traen
contengo la energía planetaria
la misma de la estrella y de la aurora
y estoy viva en tu mano
flexible y cierta como tu corazón
expansión del tiempo
en tu mano
piedra
sonrisa mineral

sentí mi gratitud

C.

viernes, 17 de abril de 2020

tengo un corazón
es mi casa
mi cielo
mi mar
mi árbol
mi familia
mi alimento
mi oración
mi canal
mi tierra prometida
mi voz

vine con él
y solo en él permanezco

todo se tambalea

su movimiento es una danza
una risa
un festejo

todo se puede perder

¿alguien no tiene un corazón?

C.

domingo, 12 de abril de 2020

Escena doméstica

mientras medito
Banjo ladra
algo me indica
que nos comunicamos
apasionadamente
con lo que nos importa

en nosotrxs
la vida
con su risa implacable
el miedo
con su tozudez
habita

y pasa

C.

miércoles, 8 de abril de 2020

blanda alfombra líquida
cielo hacia abajo
diosa Iemanyá
madre de Oxum
te canto
elevo mi alegría hasta vos
en vos llevo mi barca
y a vos confío mi alimento
rugido de la madre universal
ternura en balanceo
Naturaleza inmune
lo que me das es para todas
recibo y doy
las algas
el pez
la risa
las estrellas sostenidas en tu margen...
tu existencia me limpia
me agranda el corazón
suena
como mi propia sangre

C.

miércoles, 1 de abril de 2020

hace unos días te pienso
-inmensidad-
me acerco
para que tu verdura me moje los talones
y descansar ahí
donde te veo clarear
moverte
rítmicamente exacto
mar
mi corazón sigue la danza de tus olas
estás abierto
dado
inacabable
de vos
se extiende el río
la mansedumbre
en donde bebo también
donde sumerjo mis aguas
para ser una
aguas
que navegan en aguas
que navegan en aguas
que navegan
yo quiero ser para el hambre
la duda
mar
para la pequeñez
tu tamaño de asombro
cualquiera que te invoque se mojará en tu gracia
en vos estoy a salvo
mar
mar
mar

C.
antes prefiero estar horizontal y desnuda
tejida con el sueño
a la espera
de lo que espere de mí
en esos desafíos cotidianos
de los ojos abiertos
no antes
porque quisiera andar desparramada
sin entrar en mi cuerpo
distraída de contornos
y reglas
recién a las 9 am
de ser posible
o después
cuando el sol permita que la sombra
se curve en mi vestido
y me devuelva un reflejo nocturno y fresco
y sepa que voy conmigo para hacerla fácil

entonces sí

C.