Nosotras fieras y suaves
detenidas en el sol en la lluvia
en las calles tomadas de cada ciudad
marchadas al paso de nuestros pies diversos
ocupadas con nuestras lenguas de fuego húmedas
y este llanto que riega para que crezcan las flores suficientes
y estas manos de dar cuidando
y de frenar los golpes o esquivar
Nosotras Nuestras
Completamente Enteras
con las que faltan y suben de la tierra al corazón
y andan en el aire silbando una canción distinta
Nosotras hechiceras y criaturas
unidas y disueltas
rompiendo y brillando
como el mar
en la tarde
C.
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