martes, 18 de septiembre de 2012

Cabalango

el viento húmedo trajo el olor a la casa de mi abuela
una tarde de lluvia de verano
nosotras niñas jugando con los primos
asaltando las cajas de madera
cargadas con monedas de años viejos
el ruido de las gotas en el techo
el agua chorreando las ventanas
y afuera el tanque blanco de ladrillos
los pastos y los árboles más verdes
adentro el contrapiso
por donde se filtraban muchos sapos
que sacábamos chillando con la escoba
las cuchetas y sus colchas hechas chozas
reforzadas para días como ese
la tarde hermosa y gris
papá leyendo una novela
mamá cocinando con pan duro
el budín más rico que sabía
y la esperanza infantil de la creciente
de ir a verla apenas se pudiera
mientras el tiempo pasaba
sin dar noticia
de ningún otro hecho
                       relevante

C.

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