decís dibujando una pequeña pausa
el cuerpo ladeado en la estufa rusa
que construiste mano y maña otoños antes
"y hay días en que estamos muy pobres"
redoblás
te miro y nos reímos a carcajadas
ideando malabares
seguros del abrazo
indefensos en esta felicidad desposeída
no radicada en la pobreza
sino en las flores del amor
que alguna vez regamos de extranjeros
y fueron creciendo por ahí
silvestres
desprolijas
y nos aquerenciaron
a esta fe frondosa y colorida
flexible en lo fortuito
mientras galopa el invierno a la intemperie
salvaje y vigoroso
con su trajín de hielo
C.
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