no me mató el revolver que pusieron aquella vez en mi cabeza
no me mató el aborto ni el covid
no me mató la violencia machista
no me mató el miedo
ni la tristeza
ni la imprudencia
ni la ansiedad
ni el desamor
ni siquiera la pulsión de muerte
actuó de manera eficaz
en un momento oportuno
estoy sana
mi llama se templa con los años
y sigue dando calor a mi camino
no tengo método
soy una manzana madurando en el árbol
conozco mi ciclo
no sus vicisitudes
honro a mis muertos con recuerdos alegres
siento desbordante admiración por la vida
¿podría irme?
sí
pero quisiera
la gracia de enojarme un día más
de recostarme a tu amparo
de deshacerme en la ternura de una voz pequeña
y criar sin saber cómo
de acariciar los animales que frecuentan mi corazón
y saber del río por su roce
y del cielo por la altura que no olvidaron los ojos
y quejarme del desorden
y barrer la casa
y recoger higos o ciruelas o frutillas en el patio
y tender la ropa y mi espíritu de la misma manera
a que escurra el agua que le sobra
en contacto con el aire y con el sol
C.
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