martes, 3 de noviembre de 2020

 sentada en el escritorio con una tasa de té de miel jengibre y naranja

pienso en las agenditas de teléfono que teníamos en la casa familiar

cuando hacía de hija y de hermana bajo el mismo techo...

en alguna de esas agenditas debe haber estado el número de mis amigxs de la guardería y del jardín

cuántas veces regresé a la casa de Wanda Leliwa con mi imaginación 

encima de la relojería en el centro de Cruz del Eje

todavía soy capaz de volver a visitarla a esa edad

porque me atrae el paisaje de la memoria

y porque entonces la quise

en otra libretita el de la Meli, Elizabeth, la Ceci, Mirna, Marcos, Pablo, Nazareno

del que estaba enamorada mi hermana más chica en Arroyito

y para equiparar 

su hermano menor un día me declaró su amor en el living de casa

en todas las agendas debe haber aparecido el teléfono de la Flori y el Facu

porque nuestrxs viejxs y sus viejxs son amigos de la adolescencia

en las hojas de unas y otras están los números de lxs que se murieron

sería cuestión de conseguir un teléfono fijo y llamar

a ver si algunx atiende distraídx en otro tiempo espacio

como cuando paso en la bici por plaza España

y me acuerdo del departamento de lxs Juarez

que después tuvieron una casa en barrio Jardín

pero yo insisto

pedaleo y miro hacia el costado

y sé que todavía soy niña ahí

y estamos todxs vivxs y alegres

jugando

mientras el día avanza


C.

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