Cuando uno dice
basta de grotescos
ya está
ahí están todos los desafíos juntos,
los ecos que te amenazan la piel,
que te erizan de náusea
cuando te empujan de a besitos
en abismos de angustia
Y una persona
casi sin nombre
sopla suave
en el oído de las otras
y las intima a irse.
Pero ahí sí que no.
La persona sin nombre
tan perfecto, tan niño bien,
ahí, tan cerca como cualquiera,
se autoproclama
para mí, y para él,
sobretodo para él,
y trata de borrar
cosas tatuadísimas
en los momentos de la menor densidad de palabras.
Pero eso no se debe, eso no puede.
Lamentablemente
eso no se hace
L.
y dicen que aquí no podemos hacerlo!!! me encantoo!!
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