Libertad se llamó la cárcel más numerosa. Y como rindiendo homenaje se fugaron las palabras presas. A través de sus barrotes se escurrieron los poemas que los presos escribieron en minúsculas hojillas de papel de fumar. Como éste: A veces llueve y te quiero./ A veces sale el sol y te quiero./ La cárcel es a veces./ Siempre te quiero.
Eduardo Galeano
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