cuando me siento triste
me refugio en la brisa interior
que descomprime hacia afuera
en un suspiro sonoro
-para vaciar el hueco y dar espacio
al aire limpio y fresco-
en el sabor del mate amargo
en el color verde pálido de la yerba mojada
en el olor a mandarina a limón a cacao
en el doméstico arco iris de las flores del patio
de las guirnaldas y fotos
quizás
pienso
he decorado mi casa
he procurado un jardín
de garantía
para animarme a abrir los ojos
cada vez
para andar una tristeza más amena
más conectada a la vida
al agua caliente de la pava
al balanceo de la hamaca y su chirrido
al trinar silvestre de los pájaros
a la tibieza de mis manos
que me envuelven
en el primer abrazo enternecido
que me doy a mí misma
C.
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