quise entrar a traerte buenas nuevas del sol
de ese de allá afuera y de arribita
que me amasaba las pieles mientras fumaba un tabaco
en esos pasajitos de cemento
por los que se cuela el pasto hacia los bordes
pero también del sol en ese niño
que venía riendo con su madre
-y no precisamente en su risa-
y además en tu ombligo a pesar de los años
-o tal vez gracias a ellos -
debajo de tu ombligo
ese sol
del que quería hablarte....
porque hay otras luces
que se parecen tanto
que a veces
incluso
se confunden
pero su complejidad desacompasa
esa infinita simpleza del sol
que lentamente
que poco a poco
-como la crasa que crece en la ventana
y pide un trasplante para seguir brotando
como los cactus entre el ripio y el río juramento
que cruzamos horas por la tarde
como las olas rompiendo en algún mar
que aún no vimos juntos-
va despertando
absolutamente todo
lo que sueña...
porque nos quiero despiertos y ensolecidos amor
sencillos como la lluvia en cabalango
dispuestos como lo inmenso ante los ojos
ágiles como yegua y caballo sin aperos
mutando como los ciclos de la luna
o como todas las vidas y las muertes
que caben en una sola vida
está todo por hacer
y estas palabras pequeñas
que siempre son pequeñas
porque yo soy pequeña
amor
y así te quiero
C.
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