dormimos cuatro horas haciendo tetris en una cama de una plaza
para arrancar temprano
todo el calor espeso sostenido
se diluyó en la lluvia
es madrgada y salimos al camino
las nubes relajadas chichean con el Ancasti
posadas en él
haciendo amenidad ternura
en esa paciencia estirada y fresca
¿cómo será la charla entre montaña y nube?
me siento protegida inocente
por contemplar ese diálogo ancestral
cotidiano
acompañando el viaje
y el Ancasti que se extiende kilómetros
hasta quedar chiquito
como alargando los brazos y los ojos
cuidando que estemos bien
que el viento a favor
recordando que es la casa que se lleva adentro
a la izquierda
mientras se acorta el espacio entre los cuerpos
las historias
el paisaje y la ruta
de Catamarca a Córdoba
C.
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