desconfío y desentierro una piedrita de mi corazón
dependiendo el tamaño
dejo acumular algunas
desparramadas incómodas
pronto me detengo en su dureza
lo precioso de su acción allí
persistiendo
hasta que pueda ver con claridad
y elija el pasto de mi corazón
la vaca de mi corazón
su bebedero
qué conmovedora entonces la mansedumbre
con que se dejan absorber
por esta tierra negra y suave
donde rebrota
flexible
lo que canta
más allá del tiempo
C.
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