domingo, 30 de octubre de 2016

Gracias III

ayer fui en el amor sin mediaciones
repartido entre todos
extendido
generosamente
emocionado hasta las lágrimas
abundante en dar y recibir
consciente
hermoso
alegre
simple
en la complicidad de las miradas
en las manos tendidas y tomadas
en la risa en la danza en el festejo
de la vida que florece compartida
corajudo en el viaje
de seguir eligiendo
la inocencia...
hoy
era el sol otra vez
a la tarde
sentí ganas de andar y fui a la plaza
un hombre en un banco sólo con un libro
meditaba algo
no había nadie más
hamacas libres
y yo
que encontré en una el lugar óptimo
para mirar las sierras desde acá
el atardecer naranja de las seis
y una lorita que se vino a hacernos compañía
en una rama
mientras otros pájaros volaban en su paso
y dejaban cantos en el aire
y ya estaba balanceándomé
sabiduría antigua
primero más suave y luego más fuerte
haciendo el envión con las dos manos
flexionando y estirando las piernas
en el son del ir y del venir
sintiendo el viento en el cuerpo
curbando la espalda para atrás
cerrando los ojos
percibiendo
la luz en puntitos que traspasa los párpados
dejandome ser el el vaiven
de la hamaca
con mi vestido nuevo y mis veintinueve años...
cuando me fui
el hombre del libro me miró un instante
y tal vez antes
no sé
porque estaba de lado
así que lo miré
en paz
le agradecí
con los ojos
mientras me iba
otra vez por las calles asoleadas...
los dos en la plaza
éramos uno
simple
como el amor de ayer
desparramado
generosamente
sin otra intención
que celebrar la vida
que dejarse ir hacia la luz
que permitirse ser como los árboles
que dan frutos
sin preguntar
sin preocuparse para quién
porque sí
porque son árboles
como el amor de ayer
como el amor de hoy
ocupado sin más
en la inocencia

C.


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